El
carácter excepcional de este libro radica en la forma pausada,
suave e
inteligente que su autor emplea para llevarnos a confrontar nuestro
miedo, aversión o atracción por la muerte, ya sea propia
o ajena. Si
bien es cierto que todo aquel que nace tiene que morir, por razones
culturales pocas veces nos detenemos a pensar en esa transición,
en ese
momento crucial que nos llevará a lo que nadie nunca ha podido
describir a lo largo de la historia.
Ezequiel Nieto-Cardoso, con su mente lúcida y clara, con su
profundo
conocimiento de los procesos estudiados por los especialistas, trasmite
de forma sintática al lector lo más representativo de
esas
investigaciones, con el noble fin de iluminar los difíciles
momentos en
que se encuentran quienes sufren enfermedades terminales, y sus seres
queridos.
Al hablarnos de la buena muerte, no sólo nos prepara para ella,
sino
que nos ayuda a vivir mejor. Esta reflexión, intensamente
humana,
compartida en términos de la vida cotidiana, palpita en el
corazón de
estas páginas, da nuevos bríos al lector y lo lleva
al mejor lugar
posible: el centro de su alma.